woman spreading her arms

La Sangre hizo lo que yo no podía hacer.

Dan Tamburo

7/19/20251 min leer

La Sangre hizo lo que yo no podía hacer.

Uno de los defectos de la naturaleza humana es amar a quien te ama y menospreciar y envidiar a quien te ofende. Me sentí ofendido por las heridas y el maltrato de un supuesto amigo. Pasaron los meses y no podía entender por qué no había contacto para rectificar la situación. Entonces, una mañana, el Señor me dijo: «Necesitas perdonar y liberar por completo a esa persona de la influencia que tienes sobre ella. Declara que está totalmente perdonada, libre de cualquier mal pensamiento, libre, con la ofensa borrada y erradicada».

Al examinarme a mí mismo, sabiendo que Dios ve el corazón, me pregunté si podría hacerlo verdadera y completamente. Entonces comprendí que la Sangre de Jesús fue derramada precisamente para tal cosa: para hacer lo que yo no podía hacer: quitar la mala voluntad, liberar mi corazón de la influencia que sentía por esa persona y perdonarla con sinceridad. La Sangre vino para hacer lo que yo no puedo hacer. Purifica las manifestaciones más profundas, oscuras y ocultas del corazón. La Sangre puede hacerlo. Es la cura y la medicina para toda dolencia conocida de la humanidad. La Sangre es la purificadora de la humanidad. Gracias, Señor, por la Sangre.

Hoy, por el poder de la Sangre, puedo perdonar y liberar a mi amigo. Está libre de mi malestar y ahora… yo soy libre… por la Sangre.